Los objetivos de la investigación
constituyen los propósitos concretos por los cuales se investiga, donde se
especifican los alcances y limitaciones de estudio.
Los objetivos se dividen en
generales y específicos. Los primeros son las metas centrales de la
investigación y plantean de una manera amplia hasta dónde va a llegar ésta. Los
objetivos específicos expresan metas concretas que son necesarias para alcanzar
el objetivo general.
Existen algunos criterios para
redactar correctamente los objetivos:
1. Se redactan comenzando con un
verbo en infinitivo (de terminar, demostrar, evaluar, relacionar) que indique
la acción que se ha de llevar a cabo en la investigación.
2. Deben estar dirigidos a los
elementos básicos del problema.
3. Deben ser factibles de alcanzar.
4. Deben ser claros, evitar la
ambigüedad. Expresiones que no indiquen claramente lo que se va a realizar
deben evitarse en la redacción de los objetivos, por ejemplo los términos “adecuada”,
“bien hecha”, “lógica”, “útil”, pueden ser interpretados de diferentes maneras
y por lo tanto no deben ser utilizadas.
5. Deben ser precisos, es decir,
contemplar un solo aspecto del problema.
6. Los objetivos específicos deben
seguir una secuencia lógica que indique los pasos o etapas que se han de
cumplir para lograr el objetivo general.
A continuación se presenta una serie
de verbos sugeridos por la Prof. Mirian Balestrini Acuña, en su libro
"Como se elabora un proyecto de investigación"(2002)
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